Cuando pienso en él,
me pregunto si me
arrepiento;
si fue parte de un gran
error,
ahora que no lo tengo.
Entonces,
eché la vista atrás,
a ese turbio pasado,
al que no quería
regresar;
cuando se marchó de mi
vida,
y mis ojos se comenzaron
a cristalizar;
cuando terminó con
nuestra historia,
poniendo un punto y
final.
Ese día confirmé,
que fue amor,
porque mi corazón lo
llamaba,
a pesar del dolor;
no quise aceptar sus
palabras,
ni asimilé su “adiós”.
Desde ese momento,
su presencia fue mi
locura,
y su ausencia mi nada;
su rechazo mi tortura,
y mis esperanzas,
se quedaron en alas
cortadas.
Su recuerdo,
fue como una rueda,
de buenos y malos
momentos;
no me refugiaba entre
sus regalos,
tan sólo,
en el calor que me
aportaban sus besos.
Cuando hicimos,
por primera vez el
amor,
consintió que me
perdiera;
no le dije nada,
el silencio fue su
respuesta;
me besó lentamente,
pero con fuego en el
interior;
me desnudó,
como si desenvolviera
un regalo,
era como un niño,
tembloroso pero
ilusionado.
Me presté a ser su
juguete,
para entregarme entre
sus brazos;
nunca me pregunté si
sería eterno,
porque siempre sería
parte de mi pasado.
Al recordar,
de nuevo aquellos
instantes comprendí,
Que jamás me
arrepentiré;
porque el amor no es
atar a alguien,
sino lo que se siente al
querer.
(Pinche aquí para ver más)_ Estados de Animo: Lo importante del amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario