Soy como la “h”,
entre las palabras,
que componen el
abecedario;
está ahí,
pero no se pronuncia,
cuando la nombran,
en el vocabulario.
Soy esa persona,
que se mantiene en la
sombra;
prefiero estar en un
segundo plano,
nunca diciendo nada,
ni dando la nota.
Y es que soy,
quien guarda sus
verdades;
por evitar herir,
o descubrir,
o simplemente
expresarme:
quien responde con
silencio,
o por temor,
se mantiene distante.
Soy quien no firma,
cuando expone sus
razones;
dejo los derechos de
autor,
a quien no me nombre.
Soy la anónima,
la que está y no está;
la que me dejo llevar,
por el que dirán;
la que está perdiendo,
su propia identidad;
la que con o sin
máscara,
se intenta ocultar.
Soy la que se encierra,
para dejar de ser libre;
la que por prevenir
revelarse,
se hunde y se oprime.
Soy la que expresa,
un silencio a voces;
la que no habla,
y por los nervios,
juega al escondite.
No me conocerán,
hasta que no eche a
volar;
sin necesitar a alguien,
que me deba impulsar;
solo necesito pillar
carrerilla,
y dejarme llevar;
por estos sentimientos,
que me suplican escapar;
de esta rutina,
que un cierto día,
decidí crear;
por miedo a perder,