Vistas de página en total

jueves, 10 de diciembre de 2015

Un Par

Siempre he creído,
que por alguna razón,
nos hemos conocido;
como dos destellos de luz,
que hasta en un infinito,
habrían coincidido;
ya fuera por complicidad,
o porque formaba,
parte de nuestros destinos.

Empezábamos,
como dos extrañas,
que se intercambiaron sus propios zapatos;
para ponerse cada una,
en la piel de la otra,
tendiéndose previamente sus manos.

Iniciamos los escritos,
de nuestro propio libro;
donde anotábamos,
todo lo que nos hemos querido;
esos momentos en que hemos discutido,
y las veces que mutuamente,
nos hemos defendido;
acumulando los instantes en que juntas,
hemos llorado,
y hemos reído.

Ambas,
somos un par de razones,
que definen la amistad;
un par de brazos,
que siempre se van a buscar;
un par de almas,
que siempre se van a complementar;
un par de huellas,
que dejan marcados cada lugar;
así somos…
un único par.

Sabemos,
que a pesar de nuestras diferencias,
somos tal para cual;
porque sólo con mirarnos,
y con cada gesto,
nos contamos nuestra verdad;
como si tuviéramos,
nuestro propio lenguaje...
un código especial.

Sé que nunca,
me podrás defraudar;
porque nos decimos,
las cosas a la cara,
y nos defendemos por detrás;
como lo hacen dos amigas,
que se saben respetar;
como si fuéramos hermanas,
aunque la sangre no sea igual.

Sé de corazón,
que siempre contaré contigo,
porque así lo sentí al conocerte;
aunque hubiera distancia,
siempre seguías estando presente;
sacándome una sonrisa,
o con escucharme simplemente.

Me gusta ir contigo,
porque siempre soy yo;
en todos mis estados,
sin fingir,
lo que pienso en mi interior;
me haces ser libre,
para comentar cada opinión;
aunque hayan enfados,
nos tenemos mucho cariño las dos.

Quiero que sepas,
que no cambiaría nada,
de tu forma de ser;
incluso tus defectos,
te hacen única,
y fácil de entender;
a pesar de las circunstancias,
ten en mente,
que nunca me vas a perder.

martes, 8 de diciembre de 2015

Falta de Educación

¿Cuánta educación falta,
para que se aprenda el respeto?;
todos aquellos valores…
que carecen,
y se transforman en prejuicios,
y poco entendimiento.

Disminuimos el dialogo,
y balanceamos las palabras;
como si el silencio,
fuera la respuesta,
y la razón…
ya nos amparara.

No nos damos cuenta,
que mostramos continuamente,
malas acciones;
cuando delante de un niño,
empleamos la violencia,
y las malas contestaciones;
les transformamos en animales,
en vez de ,
educarles como personas;
con errores continuos,
sin rectificar en las cosas.

Se echa en falta,
disciplinas y enseñanzas;
evitar enfrentarnos,
con aquella gente,
que las impartan;
darnos cuenta,
que en cada uno,
se forma un ejemplo,
que a ellos les marcan;
con cada gesto,
con cada una de nuestras miradas;
somos la solución,
a toda aquella ira,
y agresividad,
que ellos se guardan.

Aprenden a combatir,
mirando imágenes,
que las tecnologías les ofrecen;
no tienen un control,
y se convierten,
en una sociedad de serpientes;
en todo aquello,
que se hace delincuencia,
y a la larga nos hiere.

Ellos no tienen toda la culpa,
si es lo único que entienden;
lo ven,
día tras día,
y en el fondo ellos lo temen;
no quieren ser salvajes,
como la sociedad,
les refieren;
solo tuvieron esa lección,
que todo el mundo critica,
pero nadie detiene.

Valiente

Nunca dije,
que de los dos,
yo me creyera la más fuerte;
ni siquiera,
cuando te echaba un pulso,
y ganaba en el frente;
porque no lo soy…
y es evidente.

Sabes bien,
que me pueden estos celos;
cuando te veo,
entre otros brazos,
y cuando no te siento;
me puede el orgullo,
pero también,
me consume por dentro;
desearía ser cobarde,
para decirte,
que no puedo seguir así,
que ya no puedo.

Porque muero,
cuando te dejo marchar;
cuando asimilo,
que no volverás;
y me derrumbo,
cuando te vuelvo a mirar,
pero nada es igual.

Lloro,
y me curo en silencio,
este dolor;
finjo que no ocurre nada,
y fuerzo una sonrisa,
cuando tengo roto el corazón;
porque lo eres todo,
y no encuentro la explicación;
del porque siento esto,
en mi interior.

También digo,
que hay que ser valiente,
para lograr ignorarte;
te haces evidente,
y debo obligarme,
a dejarte;
cada vez,
que piensas que me tienes,
y lucho para negarte.

Sé,
que podría volver a caer;
pero no me mereces,
y lo sabes bien;
Te dí muchas oportunidades,
y me debo ser fiel;
evitar que me dañes,
y me humilles otra vez.

Valgo más,
que tus puñaladas,
y no lo quieres ver;
valen para ti,
otras caricias,
que el calor,
que te entregó mi piel.

Por eso,
decidí ser aire,
que está a tu lado,
pero no podrás tener;
pero sí…
sentir y oler.

Olvídame amor,
ya no soy,
esa misma tonta de ayer;
ya no quiero que estés,
porque ya no te puedo creer;
me hiciste tanto daño,
que me hice fuerte;
y sobreviví,
a esta obsesión,
que me está haciendo fuerte.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Mírame

Mírame,
y dime que ves;
si ves a alguien de carne y hueso,
que siente y padece también.
Por mis venas,
recorre esta sangre;
que tú mi hermano,
puedes recibir,
en las tuyas cuando te falte.

Mírame,
y te veras a ti mismo;
cuando el miedo te invade,
y suplicas por otro destino.

Sinceramente,
sé que esto,
tu solo no lo has decidido;
yo solo pienso en mi madre,
que como la tuya,
estará con el alma en vilo.

Me pregunto entonces,
porque viste en mí tu enemigo;
si ni siquiera me conoces,
si nunca me he metido contigo;
si soy tan solo,
una piedra más en tu camino;
deja que sea parte de tu paisaje,
y continua con cada paso,
la ruta que hayas escogido.

Pero piensa,
que fuimos creados iguales;
no importa nuestras razas,
si ambos somos,
personas racionales;
y recapacita,
que en cada ataque que me hagas,
será nuestro mismo Dios el que llore;
porque nos dio una misma oportunidad,
que tal día como hoy...
se rompe.

Al contrario que tu,
yo no pude elegir;
porque la vida son dos días,
y yo solo pienso en vivir;
y aunque sé,
que es inútil,
y no me querrás escuchar;
solo pido en estos momentos,
que si aprietas ese gatillo,
algún día te puedas perdonar;
porque te habrás disparado a ti mismo,
y ambos,
reviviremos este mismo final.

Yo no sé,
lo que me deparara después de la muerte,
ni tú tampoco;
todos vivimos imaginándolo,
pero la única verdad,
es que es acabar con todo;
todo lo que has construido,
cuando no tenías nada al nacer;
todo lo que has tenido,
que es esa familia,
que te perdonará,
todo aquel mal que puedas hacer.

Mírame,
y si deseas matarme,
que sea mirándome a los ojos;
con una lagrima te despediré,
para decirte hasta pronto;
y recuerda,
mi hermano,
que no conseguirás nada;
acabar con mi vida,
no te dará las alas,
sino que...
te les arranca.

Adiós te digo,
en el mismo lugar,
donde se adornará con rosas;
espero irme en paz,
aunque sea una despedida dolorosa;
te voy a regalar,
mi ultimo aliento;
ese que siempre quise dar,
en otras circunstancias,
y en otro momento.