Vistas de página en total

domingo, 8 de marzo de 2015

Dos Huellas en la Playa


Hice ese viaje,
buscando nuevas experiencias;
sabía que encontraría algo,
que me llevaría en mi maleta.

Al llegar a mi destino,
sentí el aroma,
de un aire distinto;
la olor de la sal,
en esa playa,
que a día de hoy visito.

Entonces,
todo surgió derrepente,
cuando decidí pasear;
le vi y fue como un flechazo,
no nos parábamos de mirar,
nuestras miradas se buscaban,
sin poderlo evitar.

Poco a poco,
nos fuimos acercando,
cada vez más;
el deseo era demasiado evidente,
la atracción,
nos atraía por igual.

Conseguimos una cita a solas,
donde tomamos,
algunas copas de más;
nos dijimos unas cuantas indirectas,
Y yo,
te quería probar.

Quise jugar,
y puse las cartas sobre la mesa,
para averiguar,
lo que podía alcanzar;
nos reímos tontamente,
pero al final,
nos dejamos llevar.

Nos saboreamos sin medida,
saciamos,
nuestra necesidad;
no imaginábamos consecuencias,
porque estábamos en libertad.

Piel con piel,
nos fundimos,
hasta lograrnos evaporar;
nos gustó demasiado eso,
y quedábamos,
para volverlo a retomar.

Dábamos paseos por la costa,
con abrazos interminables;
tuvimos noches apasionadas,
y amaneceres inolvidables.

No hicimos promesas,
porque decidimos pensar en presente;
no sabíamos si nos volveríamos a ver,
ya que la vuelta era inminente.

Me empeñé en evitar ilusionarme,
pero sucedió;
cuando vi la tristeza de tu mirada,
comprendí que era un “adiós”.

Quisimos hacer de ello,
tan solo,
un amor de verano;
pero algo quedó pendiente,
algo se quedó inacabado.

No supe ver las señales,
para poder reaccionar;
al final,
se acercó septiembre,
y te dejé marchar.

Por miedo a perder,
te perdí;
por miedo a sentir,
te dejé ir;
y me arrepentí,
pero ya no te lo pude decir.

Me gustaría que supieras,
que cada año,
vuelvo a este mismo lugar;
con la esperanza de verte,
y volvernos a reencontrar;
pero no has vuelto,
y nada es igual.

Solo seremos,
esas dos huellas en la playa,
que el otoño logró borrar;
dos fantasmas de un pasado,
que en mi mente,
se logran manifestar;
esos dos amantes,
que se quisieron amar.

Mi Querido Hogar


Y me preguntan,
porque no quiero irme de aquí;
probar nuevos aires,
yéndome a otro país.

Me dicen,
que todo no es lo mismo,
que todo va a peor;
que es mejor coger tus cosas,
y buscar algo nuevo,
para encontrar lo mejor.

Pero no comprenden,
que este es mi hogar;
donde yo nací,
donde aprendí a andar;
donde he crecido,
donde suelo regresar;
mi inspiración,
mi único lugar.

Es tan cierto,
que se me ponen los pelos de punta,
cuando escucho mi himno;
que me emociono,
cuando veo cada rincón,
y cada uno de sus sitios;
que me cubro de nostalgia,
cuando vuelvo a ver a los míos;
siempre lo tengo presente,
y esté donde esté,
nunca lo olvido.

Este es mi refugio,
donde me cobijo,
cuando he perdido mi norte;
mi tierra,
la única que consigue,
incluso lo imposible.

Añoro sus luces,
y cada uno,
de sus parques;
disfruto de sus fiestas,
y de sus costumbres,
que siguen siendo tan especiales.

No podría estar bien,
sin oler su perfume a azahar;
bañarme entre sus aguas,
saborear su sal;
esconderme entre sus montes,
mientras huelo la libertad;
sintiéndome,
orgullosa de ser hija del levante;
mientras,
dibujo en acuarela,
cada uno de sus paisajes.

Así es,
mi querido hogar;
ofrece su calor,
a todos aquellos,
que lo quieran visitar;
no entiende de diferencias,
todos nos sabemos respetar;
lo sentimos tan nuestro,
que nos duele,
cuando lo quieren dañar;
porque tiene todo,
y lo sabe aportar;
corre por mis venas,
y mi corazón,
lo logró ocupar;
si me fuera,
lo lloraría sin parar.

Lo Mejor de Mi


Ahora si,
tengo algo por lo que vivir;
algo por lo que luchar,
algo que nació de mi.

Apostar por ti,
fue dar un salto al vacío;
y quise darlo,
para tenerte a mi lado.

No me importaran las cicatrices,
porque siempre serán tus huellas;
no me importara el miedo,
porque tu sin darte cuenta,
lo ahuyentas;
no me importara el tiempo,
si ambos crecemos juntos;
como la uña y la carne,
como la vida y el mundo.

No me importara enseñarte,
para que algún día,
tu aprendas;
no me importara reñirte,
si con ello,
me escuchas a tu manera.

No me importara curarte,
si luego te recuperas;
y no me importara levantarte,
para evitar,
que del todo te cayeras.

Porque reviviré tus pasitos,
y te ayudare a darlos;
te guiaré en el camino,
agarrándote de la mano.

Te debo dar las gracias,
porque tu me salvaste a mi;
hiciste de una promesa,
un reto a seguir;
me completaste como mujer,
retiraste en mi,
cada idea infantil;
me iluminaste,
haciéndome cada vez mas feliz.

Porque no quedan palabras,
en las que te pueda definir;
ya que eres,
la pieza principal,
y sabes,
que yo mataría por ti;
dándome todo,
sacando lo mejor de mi.

domingo, 1 de marzo de 2015

Viajero de la Vida


Se empeño,
en realizar ese viaje,
a pesar,
de que iba a comenzar de cero;
no quiso mirar atrás,
ya que,
no se subiría dentro.
A pesar,
de que esa patera tenía grabada...
la palabra muerte,
sabía que lo llevaría,
a un destino nuevo.

Se despidió de su familia,
diciéndoles que volvería;
les juró que lucharía,
para llevarles con él,
algún día;
no llevaba nada,
pero confío en que sobreviviría.

Entonces,
naufragó entre aguas turbulentas;
tenía hambre y frío,
le quedaban pocas fuerzas;
pero en sus sueños regresó,
a la esclavitud y miseria,
que había en su tierra;
abrió sus ojos,
y prometió ,
que continuaría como fuera.

Vio,
muerte a su alrededor,
y promesas acabadas;
escuchó llorar a niños,
mientras se los llevaba la marea;
sintió impotencia,
e intentaba ayudar;
pero en ese viaje,
no todos llegan al final.

Cuando,
se estaba debilitando,
llegó a lo que consideraba el paraíso;
corrió,
como si no existiera un mañana,
para saltar una valla,
recubierta de alambres y pinchos.

Trepó sin miedo,
aunque le dolieran sus heridas;
recordaba,
A los que se quedaron en el camino,
también de su familia.

Lo consiguió,
y rompió a llorar;
con un grito definió,
lo que llegó a pasar;
no le importaba los insultos,
ni perder su dignidad;
no le importó los papeles,
ni siquiera la soledad;
no le importó ser inmigrante,
si obtenía libertad;
aquella que millones de personas,
pierden en su hogar;
y aunque sea lejos,
son humanos,
que también lo pasan mal;
y piden a su manera,
que todos,
les logremos ayudar;
porque la diferencia,
no sólo está en el color,
sino en la humildad;
todos somos iguales,
fuimos creados igual.

Amor Platonico


Sigo mirando a su ventana,
esperando a ver,
si llega a asomarse;
llego a crear mil excusar,
para cruzarme con él,
por un instante.

No hemos mediado palabra,
ni siquiera,
sabe si existo;
pero a mi me vuelve loca,
dejar de ver a ese chico.

Celos,
me invaden,
cuando le veo besar a otras chicas;
y no se lo puedo reprochar,
porque ni me mira.

Deseo,
dejar de derrumbarme,
y construirme castillos;
mi dolor,
me hace imaginar,
algo que sólo yo vivo;
y me duele en el alma,
porque se marcha,
y nada le digo.

Por miedo a saltar,
y decirle mis sentimientos;
a abrir los ojos,
con un fracaso directo;
a sobrellevar,
una etapa sin seguirle;
aunque me duela,
esa es la realidad que existe.

La Muerte y la Vida


Cuenta la leyenda,
que la muerte y la vida,
se reencontraron;
querían ignorarse,
pero acabaron hablando.

La vida tenia demasiadas dudas,
no comprendía,
lo que aportaba la muerte;
y ésta estaba dispuesta,
a confesar todo,
lo que a ella se refiere.

Vida,
le reprocho a la muerte,
porque desterraba a las almas;
y hacía de un final,
una guerra desarmada.

Porque causaba frío,
cuando ella entregaba calor;
porque cubría de lagrimas,
lo que antes era amor.
Vida afirmaba,
que ella siempre daba un mañana;
una esperanza,
a la que las personas se amarraban.

Ella daba sueños,
creaba ilusión;
entregaba abrazos,
besos,
y unión.

Facilitaba caminos,
para poder avanzar;
palabras,
difíciles de olvidar;
lecciones,
que día a día,
se podían superar.

Entonces,
la muerte le logró silenciar;
le susurró,
que si logra adornarlo todo bonito,
es porque puede finalizar.

Aseguró,
que la persona no se ve,
pero que el alma continuaba;
para transformarse en eternidad,
y cuidar de los que ama.

Insistió,
que ella regalaba paz,
donde antes sólo había dolor;
facilitaba oportunidades,
antes de que digan “adiós”.

Daba recuerdos,
que ayudaban a luchar;
añadía motivos,
para que lograran avanzar.

Podría parecer injusta,
pero demostraba,
lo que era realmente amar;
ya que,
consigue actos,
que sin ella se llegan a ignorar.

Un silencio angelical,
detuvo la discusión;
ambas se dieron cuenta,
que eran importantes las dos;
para que el ser humano,
valore su situación,
no sólo para un mañana,
sino para un "hoy".

Decisiones


Solamente sé,
que solo quedan decisiones;
para ser o dejar de ser,
para sentir o eliminar emociones.

Cuando más busco una respuesta,
solo encuentro más preguntas;
algunas las resuelve la vida,
y otras te sumergen en dudas.

Una vez me dijeron,
que aprendiera a caminar,
y después todo iría surgiendo;
pero aveces tropiezo en mi camino,
y otras veces me levanto sin miedo.

Son las decisiones,
las que te definen como eres;
te hacen sufrir o ser feliz,
según como lo enfrentes.

Te hacen crecer y madurar,
y te hacen retroceder,
aunque seas valiente;
te hacen contar el tiempo,
o quizás lo detienen.

Aveces,
me obligan a decir “adiós”,
y otras veces,
me hacen dar la bienvenida;
otras me hacen confesarme con la almohada,
y en otras veces,
decido enseguida.

Seguro que la vida,
se resume en las decisiones que haces;
unas son acertadas,
otras te hundes para que nades;
algunas parece que no se solucionen,
y otras son demasiado particulares.

Muchas de esas decisiones,
las compartes con los que más quieres;
algunas las prefieres en soledad,
aunque luego te equivoques;
porque la vida,
es de uno mismo,
aunque sea bueno escuchar;
pero aveces el reto es grande,
y se logra al arriesgar.