Ahí está,
esa persona que solo
quiere,
volverse a renovar;
que ha apostado alto,
para afrontar la
negatividad;
que se ha cansado,
de ser el rival más
débil,
al que todo el mundo
quiere humillar;
ahora se ha armado,
y está dispuesta a
luchar.
Ella se ha cubierto,
de fuerza su mirada;
ha cambiado su aspecto,
y se siente más
deseada;
es como una brújula,
en busca de su norte;
que sólo da pasos al
frente,
mirando hacia su nuevo
horizonte.
Y ahora nada,
le volverá a derrumbar;
sus lagrimas se
agotaron,
cuando ella creía,
que ya no podía más;
entonces algo dentro,
le hizo reaccionar;
y se acordó,
que solo tiene una vida,
para poderla disfrutar.
Así fue,
cuando empezó,
a gritar a sus problemas
“adiós”;
a escoger a las
compañías,
apartándose de
aquellas,
que le abandonaban en un
rincón;
a beber de la fuente,
de su ilusión;
abriendo de par en par
las puertas,
al amor.
Ella es ahora feliz,
en su nueva burbuja;
puede ser un espejismo,
pero así de viva,
no se ha sentido nunca;
ha arrancado de raíz,
todas y cada una de sus
dudas;
ha mostrado su nueva
identidad,
y siente su alma más
desnuda;
pues ahora se defiende,
y ya no se queda muda.
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