Siempre quiso dejar de
ser,
ese patito feo;
no le gustaba sentirse
diferente,
de lo que era el resto.
Y cambió,
dejando de lado su
esencia;
transformándose en
alguien,
que antes no era;
se hizo una coraza de
cristal,
esperando a que un día,
alguien lo rompiera.
Llego ese día,
y se rompió,
antes de alcanzar su
sueño;
entre risas entendió,
que perdió mucho
tiempo;
en empeñarse a mostrar,
algo que no llevaba
dentro;
en justificar,
cada uno de sus actos,
como si ninguno fuera
bueno;
ganando terreno la
inseguridad,
y dando paso a los
miedos.
Después de romperse,
cambió su plumaje
negro,
para ser un bello cisne;
esta vez se dejó
llevar,
por su propio baile;
y desde entonces,
muchos le quisieron
imitar,
cuando ese patito,
creía que no era
alguien,
pensando que era un
espectro,
una simple imagen.
Se creyó su belleza,
y se lució,
como lo hace un
diamante;
para mostrar,
que era mucho más
gigante;
sin sentirse,
más que los demás,
ni tampoco
insignificante;
un simple espejo,
de aquellos que un día,
intentaron humillarle.
Preciosa
ResponderEliminarGracias chiqui
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