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domingo, 29 de noviembre de 2015

Ahora

Cometí el error,
que el mundo comete,
día a día;
y es pensar en mañana,
en una fecha,
o en una cita;
creyendo que continuaré aquí,
y que seguiré con vida.

Y aquí estoy,
al borde de este precipicio;
pidiendo otra oportunidad,
como si yo,
jamás lo hubiera tenido;
pensando,
en todo lo que me quedo por hacer,
e ignorando,
que aún vivo un presente;
en que puedo dar otro paso,
que revivir cada instante.

Algo que se aprende,
de cada catástrofe,
guerra,
enfermedad,
o accidente;
es que pueden llegar,
en cualquier momento,
sin avisar previamente;
que descuadrará la rutina,
restablecida en nuestras mentes;
que lo que se hizo,
es lo que quedará,
y lo que se hará permanente.

Entonces,
es cuando se deja de prometer,
y se construyen acciones;
cuidas tu entorno,
y te lanzas a las ocasiones;
y te dices,
que es ahora;
que es hoy esa oportunidad,
de realizar lo que te apasiona;
de ser el camino,
de un bello paisaje,
que se comienza a trazar;
en un lienzo blanco,
o en un mismo mural;
de ser el héroe de un niño,
o una simple sonrisa en su mirar;
de formar parte,
de un cálido beso,
que logre enamorar.

Ser esas palabras,
que se esconden,
por el miedo a fracasar;
ser como el aire,
o un ave de paso,
que se cruza al pasar.

Lo importante,
es saber vivir,
asimilar donde estás;
porque un día vives,
y en otro,
te logras evaporar;
pero puedes quedarte ,
en un recuerdo,
que ayude a otro avanzar.

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