Lo vi,
como quién ve a un
fantasma,
enfrente de mi,
sin mediar palabra.
No supe reaccionar,
mis ojos le alcanzaban,
mi corazón se
paralizaba,
el silencio me amarraba.
Entonces,
dijo mi nombre,
mientras se acercaba
sonriendo,
rompió el hielo,
a fuego lento,
dejó que mis miedos,
quedaran al descubierto,
pero hizo que la
confianza,
volviera,
en cuestión de
momentos.
No pude creer,
que estuviéramos así,
me prometí a mi misma,
que no volvería ahí,
a ese mismo lugar,
donde le perdí,
hablando con él,
volviendo a sentir.
Noté que la
electricidad,
se transformaba en
química,
vi compenetración,
volví a ser esa misma
chica.
Se iluminaba mi mirada,
al escucharle hablar,
me temblaba hasta el
alma,
lo volví a encontrar,
seguía siendo el mismo
chico,
volví el tiempo atrás,
parecía que regresaba
al pasado,
quizás,
para volverlo a
recuperar.
Dimos un largo paseo,
mientras,
contábamos como había ido
todo,
recordábamos anécdotas,
todo iba siendo cómodo.
Pero
llegó aquel instante,
donde tuvimos que
despedirnos,
volvió el frió,
tocó retomar nuestros
destinos,
pero seguían esas
cenizas,
que jamás se habían
perdido,
quedó algo pendiente,
que no lo borra ni el
olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario